La automedicación en pacientes oftalmológicos es muy peligrosa, ya que la mayoría de los medicamentos que disponemos provienen de medicina humana y los cuales con mucha frecuencia, contienen en su formulación “corticoides” y estos están contraindicados en la mayoría de las enfermedades en medicina veterinaria.
Por ejemplo, si nuestra mascota presenta “ulcera corneal” y le aplicamos corticoides, estos favorecerán la perforación corneal, con la consiguiente pérdida del globo ocular.
Otros de los aspectos perjudiciales de la automedicación es la pérdida de tiempo.
Si estamos en presencia de una urgencia oftalmológica y no aplicamos la terapéutica apropiada lo único que lograremos es agravar el cuadro, y si nuestra mascota tenía posibilidades de salvar la visión ya no lo lograremos.
Por casos como estos es que la automedicación está contraindicada, si su intención es conservar la visión de su mascota, concurra a su veterinario que le indicara el tratamiento apropiado.
La pérdida de la visión es una condición muy angustiante y desafortunadamente muy frecuente en nuestras mascotas.
Las enfermedades que llevan a la ceguera son innumerables (ejemplo: glaucoma, cataratas, desprendimiento de retina, retinitis etc.) incluso la mayoría de las enfermedades oculares si no son tratadas a tiempo llevan a la ceguera.
Independientemente de cual sea la causa, es indispensable tratarla en forma urgente ya que si dejamos pasar el tiempo la ceguera será irreversible, es muy frecuente que concurran a la consulta oftalmológica luego de días o semanas de presentar los síntomas, o demorar la consulta con diferentes tratamientos que no están orientados al motivo especifico de la perdida de la visión, lo cual no solo no producirá ningún beneficio, si no por el contrario solo representara una perdida tiempo, el cual es fundamental para la recuperación de la visión.
En conclusión es fundamental que el tratamiento sea el apropiado para la enfermedad que está ocasionando la ceguera.
Los síntomas de enfermedades oculares son muy poco evidentes, es por ello que ante el primer cambio es muy importante que concurran a la consulta oftalmológica.
Los signos que pueden alertar a los propietarios de alguna enfermedad ocular son conjuntivitis, ojo rojo, rascado ocular, parpadeo frecuente, fotofobia y déficit visual.
Todos estos síntomas generalmente pasan desapercibidos o son tomados como normal, lo cual solo lleva a una pérdida de tiempo en instaurar el tratamiento apropiado con el consiguiente riesgo de la pérdida definitiva de la visión.
En conclusión, ante el primer cambio en la apariencia en los ojos de nuestras mascotas se debe concurrir a la consulta oftalmológica.
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